Parálisis del sueño
- por Carola D'Angelo | RumboMistico
Una experiencia aterradora y misteriosa
La parálisis del sueño, también llamada “subida del muerto”, es un fenómeno intrigante y aterrador que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se trata de una condición en la que la persona se encuentra consciente, pero es incapaz de moverse o hablar al inicio del sueño o al despertar. Esta experiencia puede durar unos segundos o minutos, pero puede sentirse como una eternidad. Aunque la parálisis del sueño no es peligrosa en sí misma, puede generar una profunda sensación de angustia y ansiedad en quienes la experimentan.
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¿Qué se siente durante la parálisis del sueño?
Quienes sufren parálisis del sueño a menudo describen una serie de síntomas comunes durante el episodio:
- Inmovilidad: La persona siente que está completamente paralizada, incapaz de mover ni siquiera un dedo. Esto se debe a que los músculos esqueléticos están temporalmente desconectados del sistema nervioso central durante la fase REM del sueño.
- Presencia siniestra: Muchos individuos informan sentir una presencia amenazante o aterradora en la habitación, como si alguien o algo estuviera observándolos o incluso intentando hacerles daño. Esta sensación puede desencadenar un miedo intenso y angustia.
- Alucinaciones: Las personas pueden experimentar alucinaciones visuales, auditivas o táctiles durante la parálisis. Estas alucinaciones pueden ser vívidas y realistas, aumentando aún más el nivel de miedo y confusión.
- Dificultad para respirar: La sensación de opresión en el pecho y la dificultad para respirar son comunes durante la parálisis del sueño. Esto puede generar una sensación de asfixia, lo que aumenta el pánico durante el episodio.
Técnicas para liberarse de la parálisis del sueño:
Mantén la calma: Aunque resulte complicado, intenta recordar que se trata de una experiencia temporal y no representa un daño físico. Mantener la calma te permitirá recuperar el control más rápido.
Enfócate en la respiración: Intenta concentrarte en la respiración lenta y profunda. Esto puede ayudarte a tranquilizarte y salir de la parálisis más rápidamente.
Intenta mover pequeñas partes del cuerpo: Si bien es difícil, trata de mover pequeñas partes de tu cuerpo, como los dedos de las manos o mover los ojos de un lado a otro. A veces, este movimiento mínimo puede ayudar a romper la parálisis.
Visualiza movimientos: Si no puedes mover el cuerpo, intenta visualizar que te levantas de la cama o te desplazas. La conexión entre mente y cuerpo puede ayudar a superar la parálisis.
Cambia la frecuencia respiratoria: Algunas personas han informado que cambiar la frecuencia de su respiración, como intentar respirar más rápido o más lento, les ha permitido recuperar el control.
Relación con el mundo espiritual y esotérico:
A lo largo de la historia, muchas culturas y tradiciones han asociado la parálisis del sueño con experiencias espirituales y sobrenaturales. Algunas creencias sugieren que durante la parálisis del sueño, el espíritu se separa temporalmente del cuerpo, permitiendo encuentros con entidades del mundo espiritual.
En diversas culturas, se ha relacionado la parálisis del sueño con fenómenos paranormales, como visitas de espíritus, demonios o incluso extraterrestres. Estas interpretaciones se basan en las alucinaciones que a menudo acompañan a la parálisis del sueño, donde las personas pueden sentir o ver presencias que no están allí.
El incubo y la relación con la parálisis del sueño:
El íncubo es una figura mitológica presente en diversas culturas y tradiciones alrededor del mundo. Se le describe como un demonio o espíritu maligno de naturaleza masculina que se aprovecha de las personas, especialmente mujeres, mientras duermen. En el caso de las mujeres, el equivalente femenino del íncubo se conoce como súcubo.
En algunas culturas y tradiciones, la parálisis del sueño ha sido interpretada como una experiencia provocada por el íncubo. Se cree que el demonio se aprovecha de los momentos de inmovilidad para atacar a las personas, causando miedo y pánico. Las víctimas de estas experiencias describen sentir una presencia maligna, alucinaciones aterradoras y la sensación de que el demonio está encima de ellas.
Esta asociación entre el íncubo y la parálisis del sueño ha sido una creencia arraigada en la cultura popular y ha pasado de generación en generación, dando lugar a numerosas leyendas y relatos folclóricos.
¿Qué dice la ciencia sobre la Parálisis del sueño?
La ciencia explica la parálisis del sueño como un fenómeno natural relacionado con la fisiología del sueño y la actividad cerebral. Esta condición ocurre durante la fase del sueño conocida como REM (Rapid Eye Movement o Movimiento Rápido de los Ojos), que es una etapa en la que ocurren la mayoría de los sueños vívidos y la actividad cerebral es muy intensa.
Sin embargo, quienes han experimentado este fenómeno sostienen que son experiencias espirituales debido a la intensidad y las características inusuales que han vivido. Estas interpretaciones espirituales o sobrenaturales pueden estar influenciadas por las creencias personales, culturales o esotéricas de cada individuo.
Hay una variedad de razones por las cuales algunas personas pueden relacionar la parálisis del sueño con experiencias espirituales:
Vívida e inusual: La parálisis del sueño puede ser una experiencia extremadamente intensa y diferente a las vivencias cotidianas. Las alucinaciones y la sensación de presencias extrañas pueden dar lugar a interpretaciones esotéricas o paranormales.
Cultura y creencias: En algunas culturas y tradiciones esotéricas, la parálisis del sueño ha sido asociada con la experiencia de desprendimiento del espíritu del cuerpo, permitiendo la interacción con el mundo espiritual, como los viajes astrales.
Sensación de trascendencia: Las experiencias fuera del cuerpo o de conexión con lo espiritual pueden proporcionar una sensación de trascendencia y significado que puede influir en cómo se interpreta la parálisis del sueño.
Contexto personal: Alguien con una perspectiva espiritual puede interpretar la experiencia de manera diferente a alguien que no comparte esas creencias.