Síntomas de Brujería

Cómo identificar la Brujería

Los síntomas de brujería pueden manifestarse de diversas maneras, desde inexplicables dolores físicos hasta extrañas secuencias de eventos en la vida cotidiana. Cuando somos víctimas de brujería es difícil no darse cuenta, porque los síntomas se hacen evidentes y comenzamos a sospechar que no es normal. Obviamente no vamos a pensar en brujería por un simple dolor de cabeza, pero cuando éste viene acompañado de otras señales como mala suerte, pérdidas de dinero, depresión e insomnio (por nombrar las más comunes) la brujería se hace notar.

Pueden existir personas que quieran hacernos daño y a veces son las personas que menos pensamos, pues la brujería es una práctica que suele hacerse en secreto.
No todas las personas son afectadas de la misma manera, depende del mal que nos hayan deseado y de la intensidad con la que fue efectuado, pero existen una serie de síntomas muy comunes que pueden indicarte en un principio si debes sospechar que te hicieron brujería. Sin embargo, toma esta información con precaución y visita a un doctor para descartar cualquier afección médica. También te recomiendo leer sobre el mal de ojo, para que conozcan los síntomas y descartes la posibilidad de estar ojeado.

Señales de que te hicieron brujería:

  • Pesadillas constantes y dificultad para conciliar el sueño.
  • Dolores de cabeza muy fuertes.
  • Depresión y angustia.
  • Enojos sin motivo. Discusiones y pérdida de amistades.
  • Sentirse inseguro, querer alejarse y no salir de casa.
  • Objetos y electrodomésticos se rompen con mucha frecuencia.
  • Sentir olores fétidos, a pesar de que esté todo limpio.
  • Plagas de insectos sin explicación dentro de tu hogar.
  • Los focos (bombillas de luz) se rompen con mucha frecuencia.
  • Las plantas se marchitan, a pesar del cuidado que le des.
  • Pérdida de dinero o gastos imprevistos.
  • Pensar constantemente en esa persona (hechizo de amor)

¿Cómo saber si me hicieron brujería?

Consigue dos cerillos (fósforos) y un vaso con agua. Frota los cerillos en tus manos y luego por todo tu cuerpo desde los pies hasta la cabeza.
Desde una altura aproximada de 20 centímetros, deja caer uno de los cerillos dentro del agua y a continuación haz lo mismo con el otro cerillo.

Resultados:
~ Si los cerillos no se tocan: No hay brujería en tu contra.
~ Si las puntas rojas se tocan: Haz tenido brujería en el pasado pero ya no te afecta.
~ Si los cerillos se tocan (pero no las dos puntas rojas): Intentaron hacerte daño pero no han podido.
~ Si los cerillos caen cruzados: Es indicio que estás trabajado con brujería.