Ritual para Cerrar Ciclos
Cerrar ciclos no implica olvidar, sino liberarnos de las cadenas que nos atan a eventos pasados, permitiéndonos avanzar con más ligereza.
por Carola D’Angelo | 15 julio 2023
En un mundo cada vez más acelerado y lleno de distracciones, encontrar momentos de calma y paz interior se ha vuelto una necesidad vital para muchas personas. La meditación es una práctica milenaria y se ha convertido en una herramienta poderosa para alcanzar ese estado de tranquilidad mental y emocional.
Con sus numerosos beneficios para la salud mental y emocional, las meditaciones guiadas se han convertido en una opción popular para quienes buscan una práctica de meditación que los acompañe en su camino hacia el bienestar y la serenidad. Su estructura y guía proporcionan un enfoque accesible y efectivo para calmar la mente, aliviar el estrés y cultivar la paz interior.
Las meditaciones guiadas son una forma de práctica meditativa en la cual se utiliza la voz de un instructor o facilitador para dirigir y orientar a los participantes a lo largo de la sesión. A través de instrucciones verbales detalladas, el guía lleva a los practicantes a través de diferentes etapas de la meditación, brindando indicaciones sobre la respiración, la relajación y la focalización de la atención en diferentes aspectos de la experiencia presente.
Las meditaciones guiadas pueden realizarse de diversas formas. Pueden ser lideradas por un instructor en un entorno presencial, como un centro de meditación o un retiro, o bien pueden ser seguidas a través de grabaciones de audio o video, disponibles en aplicaciones móviles, plataformas en línea o programas de meditación.
La voz del guía es fundamental en este tipo de meditación, ya que a través de su tono, ritmo y elección de palabras, crea un ambiente propicio para la relajación y la concentración. Al seguir las instrucciones, los practicantes son guiados hacia un estado de mayor consciencia y presencia, dejando de lado las preocupaciones cotidianas y los pensamientos que puedan surgir.
Reducción del estrés y la ansiedad: Las meditaciones guiadas ayudan a calmar la mente y a liberar las tensiones acumuladas, lo que reduce los niveles de estrés y ansiedad en el cuerpo y la mente.
Mejora de la concentración: Al seguir las instrucciones del guía, se entrena la capacidad de concentración y atención plena, lo que puede tener efectos positivos en nuestra capacidad para enfocarnos en las tareas diarias y mejorar nuestro rendimiento cognitivo.
Cultivo de la autocompasión y la aceptación: Muchas meditaciones guiadas incluyen componentes de amor y bondad hacia uno mismo y hacia los demás. Esto fomenta el cultivo de la autocompasión, la aceptación y la conexión con los demás, promoviendo un mayor bienestar emocional.
Mejor calidad del sueño: La práctica regular de meditaciones guiadas antes de dormir puede ayudar a relajar la mente y el cuerpo, facilitando un sueño más reparador y profundo.
Desarrollo de la consciencia plena: Las meditaciones guiadas nos invitan a estar presentes en el momento presente, a observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos. Esto nos ayuda a desarrollar una mayor consciencia plena y a cultivar una actitud de observación sin apego.
Aunque generalmente las meditaciones guiadas se realizan con voz, (puedes encontrar muchas buscando en Youtube) esta vez te acompañaré y te guiaré a través de estas palabras escritas.
Paso 1: Preparación
Encuentra un lugar tranquilo y cómodo donde puedas sentarte o acostarte sin ser interrumpido durante la meditación. Asegúrate de que tu cuerpo esté en una posición relajada pero erguida, ya sea sentado en una silla con los pies en el suelo o acostado en una superficie firme. Cierra suavemente los ojos y comienza a enfocarte en tu respiración.
Paso 2: Relajación
Toma una respiración profunda y lenta, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Siente cómo tu cuerpo se relaja con cada exhalación, permitiendo que cualquier tensión o estrés se disipe. Concéntrate en relajar los músculos de tu cuerpo, comenzando por los pies y subiendo gradualmente hacia la cabeza. Siéntete libre de estirar o mover suavemente el cuerpo si lo necesitas para liberar cualquier tensión remanente.
Paso 3: Conexión con la respiración
Dirige tu atención hacia tu respiración natural. Observa cómo el aire entra y sale de tu cuerpo, sin tratar de cambiarlo de ninguna manera. Nota la sensación del flujo de aire entrando y saliendo por tu nariz o tu abdomen. Si tu mente divaga, suavemente trae tu enfoque de vuelta a la respiración cada vez que te des cuenta de que te has distraído.
Paso 4: Escaneo corporal
Lleva tu atención a diferentes partes de tu cuerpo, comenzando por los dedos de los pies y ascendiendo gradualmente hasta la parte superior de la cabeza. A medida que te enfocas en cada parte del cuerpo, observa cualquier sensación física, tensión o relajación que puedas experimentar allí. Si encuentras alguna tensión, visualiza cómo se disipa con cada exhalación, liberando cualquier molestia o malestar.
Paso 5: Visualización
Imagina un lugar tranquilo y sereno en tu mente. Puede ser una playa, un bosque o cualquier otro entorno que te traiga sensaciones de calma y paz. Detalla los aspectos del lugar en tu mente, desde los colores hasta los sonidos y los aromas. Sumérgete en la sensación de estar presente en ese lugar y permítete relajarte completamente.
Paso 6: Afirmaciones positivas
Repite en tu mente afirmaciones positivas o mantras que te ayuden a fomentar la paz y la armonía interior. Estas afirmaciones pueden ser frases como “Soy digno de amor y felicidad”, “Estoy en paz conmigo mismo” o “Confío en el proceso de la vida”. Repite cada afirmación varias veces, sintiendo su significado y dejando que resuene en tu ser.
Paso 7: Regreso gradual
Lentamente, lleva tu atención de vuelta al cuerpo y a la respiración. Observa cómo tu cuerpo se siente después de la meditación y lleva contigo la sensación de calma y bienestar. Cuando estés listo, abre suavemente los ojos y tómate un momento para integrar la experiencia antes de continuar con tu día.
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